12 de febrero de 2013

Amor no correspondido.


Él: - No sé qué contestarle cuando me manda esos mensajes.
- ¿Por qué?
Él: - Porque nunca fui una persona "cursi". No me nace escribir páginas llenas de dulzura, no sé qué hacer cuando me manda estos mensajes. La quiero, mucho, pero siento que no puedo correspondérselo.
- Deberías cuestionártelo.
Él: - No creo que sea un tema de cuestionar.
- No me entendiste. Por algo estás sintiendo eso. ¿Puede ser que estés en un nivel más bajo de la relación? Con respecto a ella, digo.
Él: - Claro que es eso. Lo tengo perfectamente asumido. Y no sabes cuánto me duele asumirlo. Pero me parece un enfoque realista. No puedo decirle a alguien que lo quiero como nunca podría querer a nadie, porque no sé qué es lo que va a pasar el resto de mi vida. Creo que ella me idealiza, porque nunca antes sintió eso por nadie. A mí no me gusta poner metas. No quiero pensar en casarme, en tener hijos. No quiero llegar a decirle 'te quiero'. Porque me gusta vivir cada minuto, disfrutarlo. Y si un día se termina lo recordaré con cariño. No sabría qué hacer si me dice que me quiere. Le tengo pánico a ese momento, porque no existe forma de que se tome a bien que no siento lo mismo. Por eso sufro en silencio, porque creo que la vida es demasiado larga como para hablar de amor eterno. 

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