11 de diciembre de 2012

Déjalo ir, es duro, pero a veces retenerlo es más difícil.

En algún momento te darás cuenta que has hecho demasiado por alguien, que el siguiente paso sólo puede ser pararse. Dejarlo solo y alejarte. No es que estás renunciando o que no lo hayas intentado con suficientes fuerzas. Es que debes entender que has sobrepasado la línea de la determinación hacia la desesperación. Lo que es verdaderamente tuyo, tarde o temprano lo será, y lo que no lo es, no importa lo mucho que te
esfuerces, nunca lo será.
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