20 de julio de 2012

La felicidad es un trayecto no un destino.

¿No te lo han dicho nunca? El tiempo no espera por nadie. Así que, ¿sabes que debes hacer? Dejar de esperar hasta que termines la Universidad, hasta que te enamores, hasta que encuentres trabajo, hasta que te cases, hasta que tengas hijos, hasta que se vayan de casa, hasta que te divorcies, hasta que pierdas esos kilitos de más, hasta que llegue el viernes por la noche o hasta el domingo por la mañana; hasta la primavera, el verano, el otoño o el invierno, o hasta que te mueras, para decidir que no hay mejor momento que justamente éste para ser feliz, porque la felicidad es un trayecto no un destino. Por eso, trabaja como si no necesitaras dinero, ama como si nunca te hubieran herido y sobre todo baila como si nadie te estuviera mirando.

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