Tan solo somos almas callejeras vagando por el mundo en busca de alguna botella que nos emborrache a la luz de la luna. En el compás de aquella melodía de los años 50 ahogamos nuestras penas mientras bebíamos como si se tratase de un juego. Mientras fumábamos varios cigarrillos a la vez, las lágrimas caían por nuestro rostro, fruto de la rabia contenida tanto tiempo en nuestras almas. "La vida es solo una"-decían- pero son muchos los que la desaprovechan por el miedo.
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