+ ¿Qué miras?
- ¿Es qué no puedo mirarte? Y no me digas que no, porque es imposible, eres preciosa.
Ella se ríe, coloca su pelo detrás de la oreja, baja la mirada, sonríe y susurra...
+ Eres tonto..
Él le sigue mirando, y ella, entre risas tímidas pero dulces, le dice:
+ Para ya de mirarme! ¿Qué quieres?
- ¿Es qué acaso no es evidente?
+ No..
- ¡Que me beses!
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