No se trata de pensar en lo que pierdes o en lo que ganas. Se trata de vivir el momento, en lugar de pensar en las consecuencias que conllevaría todo aquello que tu quieres hacer. Todo aquello que no haces porque temes las consecuencias. El miedo es solo una barrera, que impide soñar y disfrutar de cosas simples. Impide encontrar la felicidad en una nube, un abrazo y una lata de Coca- Cola. Uno se arrepiente de las cosas que hace mal, mucho más que de las que no hace, porque los días no se repiten. Las palabras, el tiempo y las oportunidades, no regresan. Los recuerdos no se recuperan, los momentos no se reviven. Las decisiones solo se toman una vez. La forma de erradicar nuestro miedo a las consecuencias, se puede obtener de un abrazo, y ese abrazo valdrá la pena si nos hace entender que, pase lo que pase, el sol saldrá por la mañana temprano, igualito que ayer, antes de ayer y pasado mañana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario