No se trata de ir por
la vida con una sonrisa de oreja a oreja para demostrar que eres feliz, se
trata de reír sin darte cuenta, de soñar despierta y no acordarte después, de
jugar con fuego, quemarte, y aun así reír, porque es lo único que puedes hacer,
esa sonrisa que se convierte en carcajada en menos de un segundo, y que más
tarde, llegará a formar parte de esos momentos irrepetibles que componen tu
felicidad.
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