Imagina que eres una pieza de puzle. Pero una de esas típicas piezas que se pierden y como es tan pequeña e insignificante, cuando se cae, ya nadie la busca. Una pieza que aunque intente encajar, no puede. Y cuando por fin parece que a alguien le importas y va a colocarte en ese lugar que solo tú puedes ocupar, te das cuenta, que por mucho que lo intentes, nunca vas a poder encajar.
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