Cuando parece que todo es perfecto, que la vida te sonríe de oreja a oreja, que no tienes que hacer nada más que dejarte mecer por el paso del tiempo, dejar que los hechos se sucedan, disfrutar de cada uno de ellos.... entonces, todo se desvanece.. Basta con un par de segundos, aunque son eternos, dolorosos, caprichosos e indeseables. Esos dos segundos son los que puede tardar el amor de tu vida en decirte: no te quiero.
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