La gente habla
y habla sin parar, sin saber. Dicen te quiero por decir, sin sentir. Gritan por
gritar, sin razón. Beben porque sí, sin motivos. Fuman porque quieren, sin
adicción. Sueñan sin querer, porque es así. Piensan en voz alta, porque se
despistan. Se ponen nerviosos sin alterarse, por palabras y se calman sin
razón, por instinto. Miran sin darse cuenta, por actos reflejos. Sonríen de
felicidad, por la autoestima. Comen sin necesidad, porque se aburren. Lloran
por películas sin sentimiento. Hacen daño, porque lo necesitan. La vida es un
ir y venir de caídas, de desastres y momentos, pero es así, lo que todos alguna
vez hacemos.
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